ANTES
QUEBEC, ESCOCIA O KOSOVO; AHORA
ESLOVENIA
(Artículo publicado en El Diario Montañés
el 2.01.19)
El independentismo
catalán, peregrinando a la búsqueda de su particular Grial, ha transitado de
Quebec a Escocia para hacer una pausa en Kosovo y ver lo que sucedía por allí,
siempre acompañado de algunos clérigos fieles. Hasta para hacer un ayuno
voluntario de unas horas en apoyo a los políticos catalanes en prisión, Quim
Torra tuvo que desplazarse al monasterio de Monserrat por si hubiera que darle
el viático.
No satisfechos
con lo descubierto, Torra viajó a Eslovenia e hizo parada en Waterloo, donde el
pasado 8 de diciembre declaraba: “Los eslovenos decidieron seguir adelante con todas
las consecuencias. Hagamos como ellos y estemos dispuestos a todo para vivir
libres”. Dicho esto, se marchó con Puigdemont a comer unos “moules” y hacer
unas risas.
Eslovenia logró
su independencia en 1991, cuando se desintegró la República Federal Socialista
de Yugoslavia, después de un conflicto bélico que causó decenas de muertos. Yugoslavia
se creaba después de la primera Guerra Mundial y se había mantenido unida como
Federación bajo la férrea mano de Josif Broz Tito. Con su oposición a Stalin se
había creado una imagen aceptable en Occidente. Pero Tito había fallecido en
1980.
En septiembre de
1989 el Parlamento esloveno aprobaba una nueva Constitución para la república,
donde se destacaba que Eslovenia no reconocía la preeminencia de las leyes federales
sobre la legislación eslovena y constitucionalizaba el derecho a no contribuir
a las cargas fiscales de la federación. El Tribunal Constitucional de
Yugoslavia (presidido por un magistrado esloveno) no actuó, argumentando que la
independencia no había llegado a declararse en Eslovenia.
En 1990 el
Partido “Demos” ganó las elecciones
en Eslovenia, y en diciembre planteó un referéndum independentista sin el apoyo
del gobierno central de Yugoslavia. Con un 93% de participación, el 95% votó
“sí” a la independencia. Con el respaldo del 94% de los diputados de la Cámara
eslovena se declaró la independencia, aunque quedó automáticamente suspendida
durante seis meses, pensando que era tiempo suficiente para negociar con
Belgrado. Finalmente, el 25 de junio de 1991 Eslovenia declaró unilateralmente
la independencia.
En Belgrado, el
dictador Slobodan Milosevic intentó frenar aquel proceso y envió al ejército de
la Federación de Yugoslavia. Los enfrentamientos duraron diez días y causaron
74 muertos: 44 muertos del Ejército federal, 18 eslovenos y 12 extranjeros, y
varios cientos de heridos y prisioneros. Finalizó el conflicto con el Acuerdo
firmado en la isla adriática de Brione en julio de 1991, después de la
mediación de la Unión Europea con la presencia de Croacia, Serbia, Eslovenia y el
gobierno federal de Yugoslavia.
Croacia y
Eslovenia se comprometieron a no avanzar durante tres meses en su camino hacia
la independencia y el Ejército yugoslavo, dividido sobre cómo actuar, se retiró
de Eslovenia, pero no de Croacia. Para Milosevic Eslovenia tenía poco interés y
por ello el Ejército de Yugoslavia no llegó a ocupar militarmente la totalidad
de Eslovenia y optó después por la retirada. A Milosevic le interesaba
construir la gran Serbia, negociar con Tudjman la independencia de Croacia y
obtener el mayor beneficio posible en un reparto de Bosnia. Nadie podía parar
ya la desintegración de Yugoslavia. Las guerras se extendieron hasta 2001 con
225.000 muertos, cerca de 3 millones de desplazados y la aparición de muchas
nuevas fronteras en Europa.
Llegados a este
punto, aunque en alguna ocasión desde Eslovenia se han manifestado simpatías
hacia el proceso independentista catalán, conviene recordar que los gobiernos
de Eslovenia siempre han destacado que hay sustanciales diferencias entre el
caso esloveno y catalán y también se señala que no son situaciones comparables:
Yugoslavia no era entonces una democracia y España sí lo es. Hace unos meses el
primer ministro esloveno declaraba: “España es una democracia, por lo que el
conflicto sobre la autodeterminación debe resolverse en línea con el orden
constitucional y, aún más importante, ha de hacerse pacíficamente, sin
violencia, democráticamente y con diálogo”.
Eslovenia contó
con las simpatías históricas de Alemania y Austria, lo que no gustó a otros
socios europeos, pero sirvió para el reconocimiento por la comunidad
internacional. En mayo de 1992 se convirtió en miembro de pleno derecho de la
ONU y en 2004 Eslovenia ingresó en la OTAN y en la Unión Europea.
La defensa de la
vía eslovena para llegar a la independencia de Cataluña, las críticas y
descalificaciones a los Mossos d´Esquadra cuando cumplían son su trabajo, su
fervor por los Comités de la Defensa de la República, han barrido el ya escaso
prestigio que le quedaba al President Quim Torra. Son demasiadas las
actuaciones impropias de quien ocupa un cargo institucional como es la
Presidencia de la Generalitat, aunque sea un Presidente títere al que le mueven
los hilos desde Waterloo. Su objetivo no es calmar los ánimos y desactivar los
problemas, sino provocar una escalada de tensión incendiaria en la política
catalana e ignorar a la mitad de la población de aquella Comunidad Autónoma. Como
adalid del victimismo catalán se siente el héroe de la resistencia frente el
Estado opresor: “Los españoles solo saben expoliar”, es una de sus muchas
perlas.
¿De verdad cree
el Presidente Sánchez que Quim Torra racionalizará en algún momento su
estrafalario discurso?
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