martes, 24 de julio de 2018


La frase del título “Mientras seamos jóvenes” forma parte del himno universitario “Gaudeamus Igitur”. (Alegrémonos pues, mientras seamos jóvenes. Tras la divertida juventud, tras la incómoda vejez, nos recibirá la tierra.)
Una nueva novela de José Luis Correa protagonizada por el detective privado Ricardo Blanco, un personaje peculiar y canario. Las Palmas de Gran Canaria  se han terminado por convertir en un personaje más de las novelas de Correa, de sus historias. Ricardo Blanco y el resto de personajes secundarios (el inspector Álvarez, Beatriz, la novia farmacéutica de Blanco, su fiel secretaria) han evolucionado y madurado con cada nueva novela. Le sigue acompañando la sombra de su abuelo Colacho, quien le dejó una huella indeleble y profunda.  
Esta última historia de Ricardo Blanco se inicia con el descubrimiento del cuerpo sin vida de una estudiante de doctorado  de nacionalidad italiana y la detención de su supuesto asesino, un profesor de la facultad de Veterinaria de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.
Este profesor de patología animal, Jorge del Amo no cuenta con un pasado totalmente limpio, y desde prisión solicita la ayuda de Blanco para que encuentre al verdadero culpable de ese crimen. La petición de ayuda provoca en Ricardo Blanco una inicial curiosidad que le traerá infinidad de problemas. Su novia no entiende cómo puede defender a un hombre tan impresentable como del Amo con fama de arrogante, maltratador y mujeriego.
El crimen en la novela le sirve al escritor para reflexionar acerca de otros temas de actualidad como son las intrigas académicas, los conflictos generacionales, los malos tratos, la violencia, una violencia que no entiende de clases y sí de abusos indiscriminados al débil.
Una novela bien estructurada, con un lenguaje depurado y eficaz y, también, como buena novela negra, una novela social que realiza un repaso de los males que aquejan a nuestra sociedad con un final especialmente cuidado,

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