HOY YA ES 2 DE OCTUBRE
El
llamado referéndum en Cataluña ha sido una inmensa estafa y una clamorosa
pérdida de tiempo que deja demasiadas grietas. Sin papeletas oficiales, sin
sobres, sin urnas homologadas, sin locales, sin censo conocido, sin junta
electoral, sin datos fiables, sin recuento verificable, ¿de qué consulta
estamos hablando?
Me
gustaría que a partir de hoy lo que importe en Cataluña sea la sanidad, el
empleo, la educación, las infraestructuras, el funcionamiento de la justicia,
la seguridad ciudadana. La cuestión social o el debate sobre la regeneración
democrática, han pasado a un segundo plano en Cataluña. Lo que ha interesado ha
sido esto del procés, sin importar la quiebra social y la ruptura de la
convivencia.
Quisiera
pensar que nadie que sepa leer y escribir, acepte que se pueda proclamar unilateralmente
la existencia de un nuevo Estado, después de esta farsa organizada por el
gobierno del Sr. Puigdemont y las organizaciones políticas que le apoyan en el
Parlament y con la complicidad directa del carlismo de Podemos, de la
irresponsable Sra. Colau… Se insulta a Serrat y a Marsé y se aplaude al terrorista
Otegi y a la xenófoba Forcadell.
Todo
esto del 1 de octubre no es un proceso de izquierdas. Si alguien antepone los
derechos territoriales a los derechos de las personas, si se renuncia a la
articulación de la democracia representativa mediante las leyes que dan
sustento a un Estado de derecho, no se está ante un proceso de izquierdas, más
bien todo lo contrario. Las ideas no residen en los territorios, sino en las
personas. ¿Primarán las emociones sobre la razón, la insurrección sobre la
legalidad?
Se
ha llegado a considerar normal que la policía autónoma no defienda los derechos
de todos los ciudadanos; que no se cumplan decisiones judiciales; que se
utilice a padres y a niños; que se rompa la convivencia colectiva; que se
desprecie la democracia y la legalidad. Este es el discurso de la Generalitat
que se ha extendido a una parte no menor de la sociedad catalana. La
Generalitat y sus apoyos han logrado lo que buscaban: la sinrazón en la calle,
un escenario en bucle donde se imponga la razón populista.
El
día 2 coincidirán en el colegio el hijo del independentista y el hijo del no
independentista y ambos coincidirán en el parque del barrio.
Para
afrontar un problema de Estado, que mañana se convoquen elecciones autonómicas
y simultáneamente se comience a trabajar desde la política propositiva para
desatascar la situación.
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