“TAMBIÉN MUEREN ÁNGELES EN
PRIMAVERA” de JOSÉ LUIS IBÁÑEZ. En la Barcelona convulsa de la primavera de 1937,
el detective Toni Ferrer identifica el cadáver de una niña de once años a la
que lleva semanas buscando. Comienza una lucha contra el tiempo tratando de dar
caza a un monstruo, autor, casi con certeza, de ese y otros asesinatos. Ferrer,
ahora enrolado en los servicios secretos, se enfrenta a
una serie de asesinatos de niñas y se topa con un muro de mentiras y silencios. La policía
parece más interesada en echar tierra sobre el asunto que en atrapar al
asesino. Todas las puertas para investigar al culpable están
cerradas puesto que en medio de la guerra, nadie quiere meterse en líos y
Ferrer tendrá que buscar sus propios aliados para llegar hasta el culpable. Actuará por su cuenta hasta descubrir la verdad, aunque
ponga en riesgo su vida y la de aquellas personas que le ayudan en su búsqueda.
El detective debe enfrentarse, además, con agentes rusos e italianos
dispuestos a cambiar el rumbo de la Guerra Civil española. La novela recrea con
acierto la atmósfera de los terribles días de la Guerra Civil en Barcelona.
La novela mezcla elementos de novela negra, de misterio, con
hechos históricos, incluyendo datos de los
servicios secretos rusos, italianos y franceses, junto a organizaciones como
las FAI (Federación Anarquista Ibérica), POUM (Partido Obrero de Unificación
Marxista) y los elementos de la “quinta columna”.
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