“Aquel
día me harté de ver documentales de bichos y de escuchar las mismas noticias
una y otra vez en el canal internacional. Al final, en un duermevela
estrambótico producto de la fiebre que aún no me había abandonado, los
ministros mostraban una sonrisa repugnante y las hienas explicaban ante los
micrófonos las medidas para paliar la crisis. Antes de volverme chiflado,
apagué el televisor y regresé a El conde de Montecristo. Pero me sentía tan
exhausto que ni Edmundo Dantés consiguió mantenerme consciente”. Es un párrafo
de esta novela de José Luis Correa, protagonizada por su personaje Ricardo
Blanco, detective privado.
José Luis Correa que es un escritor de
novela negra, es un buen escritor.
En Blue Christmas le importa acercarnos
a cómo vive un grupo de personajes, la mayoría de ellos perdedores que
viven en un mundo que con la crisis, parece hundirse un poco más.
Es la sexta novela de José Luis Correa
con el mismo protagonista, Ricardo Blanco, que en esta novela está llorando la
muerte de su abuelo, Colacho, y será el
policía Gervasio Álvarez quien le saca del pozo y el desánimo y de esa forma pueda reanudar su vida con Miguel, su viejo amigo, Beatriz, su amiga farmacéutica, marcada por un
matrimonio fracasado y cómplice sentimental, Inés, su secretaria, y para tomar las
riendas de la investigación.
Da la impresión de que el personaje haya
madurado al quedarse huérfano de algunas cosas, cuando ha cumplido los
cincuenta años y cuando descubre que no conocía tan bien a su abuelo como
pensaba.
Los tres hijos de la víctima que
desencadena la acción arrastran una condena que se hunde en los recuerdos de
una infancia ingrata y atormentada.
La novela
comienza con la muerte de Andrea Mérida, de setenta y cuatro años un día de
Navidad, una
anciana de vida honrada y sencilla que vivía sola y que había tenido que sufrir la carga de un marido
déspota. Parece ser que
la muerte se la ha causado una dosis de cocaína, lo que es extraño en una mujer
de su edad. Tenía tres hijos sin buenas relaciones con su madre, que la
desprecian porque la culpan de
sus males: Sara Cardenal,
casada con un hombre que no le hace caso y que acostumbra a irse de putas,
Tomás, que regenta un puesto de
lotería, acomplejado por el mal olor que desprende su cuerpo y casado con una
mujer cubana y Álvaro el
más pequeño, que malvive de pequeños trapicheos y líos con grupos de
delincuentes.
Las sospechas
del inspector Gervasio Álvarez se dirigen hacia
los hijos de la víctima y pide la colaboración de
su viejo amigo que trabaja como detective, Ricardo Blanco.
El recuerdo del abuelo de Ricardo Blanco y su herencia, los hijos de Andrea Mérida, y
una panda de mafiosos que pululan en la vida de los personajes, son los frentes
que han de encarar y hacer encajar el detective y el inspector Gervasio
Álvarez.
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