“LEGADO EN LOS
HUESOS” de DOLORES
REDONDO es la segunda
parte de la Trilogía que comenzó con “El
guardián invisible”.
Una de las víctimas de la novela
anterior fue la joven Johana Márquez y el juicio contra su padrastro, el
asesino, va a empezar. Amaia Salazar, inspectora jefa de Homicidios en la Policía Foral de
Navarra, que
investigó el crimen, está en el Juzgado para asistir al mismo. Está en los últimos días de su
embarazo. El juez anuncia que el juicio debe cancelarse: el acusado acaba
de suicidarse en los baños del juzgado. El acusado ha dejado una nota
dirigida a la inspectora que contiene un inquietante mensaje: «Tarttalo», un ser mitológico, un cíclope de un ojo que se
dedicaba a descuartizar a sus víctimas.
Este formará parte de una serie de muertes con características
parecidas y en todos aparece el mismo mensaje "Tarttalo". Se trata de
suicidios protagonizados por acusados por violencia de género que,
aparentemente, nada tienen que ver unos con otros. Amaia Salazar empieza a investigar y a encontrar que son varios
los puntos en común.
En Arizkun, un pueblecito del valle
del Baztán, unos desalmados han profanado por dos veces la iglesia, dejando
unos huesos humanos de recuerdo. Amaia será la encargada de investigar el caso.
Parece un caso sin importancia, pero la Iglesia tiene interés en que se
resuelva pronto el asunto y ha solicitado expresamente su intervención. Entre los restos del fuego ocasionado sobre el altar
aparece lo que suponen es un mairu beso,
el brazo del esqueleto de un niño que ha muerto sin haber sido bautizado, algo
que
entronca con una tradición del Baztán. La
investigación apunta a los agotes, un grupo de ciudadanos considerado desde la
antigüedad como inferior, y que en aquella comarca sufrió durante años la
segregación social y religiosa.
En la novela importa la evolución
personal de la protagonista: su vida como esposa, como madre y como mujer.
Amaia está acostumbrada a la perfección en su trabajo y como madre pretende hacer lo mismo, pero se
encuentra con el problema de todas las madres trabajadoras: lo imposible de la
conciliación familiar y el trabajo. En su caso todo se agrava porque al no
tener ella misma una madre normal, quiere hacerlo todo bien con su bebé. La maternidad tiene importancia
en esta novela. Amaia debe bucear en sus
recuerdos y en los de sus familiares para tratar de desvelar cosas que ocurrieron
en el pasado; cosas que pueden llegar a
ser tan criminales como los asesinatos del presente… La madre de
Amaia es malvada y tiene unos sentimientos hacia su hija nada naturales. La autora
nos va a sumergir de nuevo en el ambiente del Valle del Baztán, que por
sus características naturales, el misterio y la magia de las leyendas que en él
habitan, se convierte en un escenario apropiado para una novela.
Aunque Amaia ha logrado controlar los fantasmas de su
pasado, sigue habiendo cosas que desconoce y que tendrán mucho que ver en su
historia personal. Determinados momentos nos van a llevar a la niñez de Amaia y a su
nacimiento y vamos a descubrir algunos de estos hechos oscuros y siniestros que
tendrán que ver con la investigación.
Es
también una novela que bucea en los orígenes del miedo y de la maldad como
impulsos íntimamente ligados al ser humano.
A Amaia
Salazar, la acompañan su marido James, afamado escultor estadounidense afincado
en Pamplona, el pequeño Ibai, su primer hijo. Comparte sus pensamientos con su tía Engrasi. Flora y Rosaura son las hermanas de Amaia. Flora ha optado por trasladarse a Zarautz para rodar
el programa diario que sobre repostería hace en la televisión nacional y
Rosaura se ha hecho cargo de la empresa Mantecadas Salazar en el pueblo.
Son
personajes importantes en la novela Jonan Etxaide, subinspector ayudante de
Amaia, antropólogo y arqueólogo; Fermín Montes, inspector expulsado durante un
tiempo del cuerpo, vuelve de nuevo para pasear cierta chulería, pero también su
eficiencia y resolución. El juez Markina es quien permite reabrir el caso del
tarttalo. El padre Sarasola, doctor en psiquiatría, ejerce las funciones de agregado del Vaticano
para la defensa de la fe, vinculado al Opus Dei, goza de gran influencia entre
la curia romana. Será el encargado de llevar el caso de las profanaciones y
también se encargará de estudiar directamente el caso de esquizofrenia de
Rosario Iturzaeta, madre de Amaia.
El
argumento de la novela se complica, pero al final todas las piezas encajan y se
resuelven las investigaciones de una forma perfecta no exenta de sorpresas.
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