HELMUT SCHMIDT, Canciller de la República Federal de
Alemania entre 1974 y 1982, falleció el 10 de noviembre de 2015. Tenía 96 años.
Era un fumador impenitente. Una de las grandes figuras de la socialdemocracia
europea y un referente moral en la política de su país.
En la Cancillería alemana
sucedió a Willy Brandt con quien fue ministro de Defensa y Hacienda. Schmidt se
enfrentó con serenidad y sin concesiones a los terroristas de la banda
Baader-Meinhof o Fracción del Ejército Rojo en 1977 o al secuestro de un avión
de Lufthansa en Mogadiscio.
En los últimos años alertó
de los riesgos de que el conflicto en Ucrania pudiera derivar en una nueva
guerra y por ello era partidario de mejorar las relaciones con Putin.
Estos días he recuperado de
mi biblioteca “Hombres y Poder”, un
libro de Helmut Schmidt publicado en España en 1889, un texto dividido en sus
tres prioridades: la primera dedicada a la Rusia Soviética, la segunda a los
Estados Unidos, con un capítulo sobre los problemas de Oriente Próximo, y en la
tercera parte escribe sobre China, con dos capítulos finales uno sobre Japón y
otro sobre el debate de si es posible que Europa se convierta en una potencia
mundial.
Recordaba que en su día me
resultó un libro de interés y ahora, al volver sobre él, me parece un texto
fundamental para entender el mundo de las décadas de los 70 y 80 del pasado
siglo.
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