“Me llamo Reyes por mi abuela sevillana,
pero nací en el corazón de Castilla: Valladolid, donde dicen, se habla el mejor
castellano.
Allí estudié, trabajé algunos años, y me
casé. Después, me trasladé a Navarra y hace veinte años que aprendo más que
enseño de mis estudiantes de la Universidad de Navarra”.
De REYES CALDERÓN he leído: "Las lágrimas de Hemingway"; "Los crímenes del número primo”;”El expediente Canaima”; “El
último paciente del doctor Wilson”; “La venganza del
asesino par”.
La protagonista de estas novelas es Lola
MacHor, de una familia irlandesa que llegó a Bilbao hace bastantes años, que
comenzó como profesora de Derecho Penal en la Universidad de Valladolid, que
ejerció como juez en Pamplona, que pasa a la Audiencia Nacional y en la última
novela la juez Lola MacHor, ha sido nombrada
magistrada del Tribunal Supremo. Ella
investigará los hechos con la
colaboración de Juan Iturri, un inspector español destinado en la Interpol.
El
marido describe a la tozuda juez MacHor como “Pelirroja, de piel clara, pecosa. Visceral, llorona, sentimental, ojos
claros, marrones con vetas verdes, pómulos marcados, labios finos, caderas,
ronquidos insoportables cuando duerme”.
“LA PUERTA DEL CIELO” es la última novela que he leído de REYES CALDERÓN.
Una novela que nos plantea el dilema: ¿existen
respuestas a esas dudas del hombre sobre si existe algo más allá, si existe lo
que llamamos el cielo y el infierno?
Antes de desaparecer junto a su
ayudante americana, el famoso experto astrofísico Lalo Múgica
informa a una de sus vecinas de que ha encontrado las claves para
abrir la puerta del cielo. Gerardo Vilela, un sencillo profesor de Lengua
y Literatura, soltero y aficionado a tocar el oboe, gana una beca que le
lleva de Lugo a Madrid. Unas enigmáticas vecinas le
realquilan la antigua casa de Múgica. Pero en el ático encuentra un
cuaderno escrito por la joven historiadora desaparecida, donde se habla de
un acta firmada por Pilatos que narra otra desaparición ocurrida en
Judea el año de la muerte de Jesucristo.
Con la ayuda de un cura exorcista vasco, profesor de
Escatología en el Seminario Castrense de Madrid y de su secretaria,
Gerardo decide seguir el rastro de lo que ha leído en aquel cuaderno. La
respuesta seguramente está en Jerusalén. La autora plantea un juego de
verdades y mentiras que nos pondrá ante interrogantes permanentes: ¿cómo
aventurarse en esa difusa línea que separa ciencia y religión?
No es un tratado de metafísica, no es un ensayo, es,
simplemente, nueva novela de Reyes Calderón en la que hay literatura, intriga,
misterio, enigmas, reflexiones y también dosis de humor.