Tuve la suerte de ser la persona que hace algunas semanas
presentara en Santander a Martín Abrisketa, autor de “La lengua de los secretos”, una novela basada en hechos reales.
No es una novela más sobre nuestra guerra civil. Es una
novela especial, que tiene como escenario aquella guerra.
“La lengua de los secretos”
narra la Guerra Civil desde un
punto de vista muy original: el de Martintxo, un niño de diez años que nos
ofrece su fantasía, su imaginación, su ingenuidad, sus travesuras y sus ganas
de vivir.
Aquel niño, Martin Abrisqueta, es el padre del autor que
nació en un queso: su Arrigorriaga natal
estaba perforada por las minas que llevaron a tanta gente a trabajar a una tierra donde sus habitantes aun cuidaban vacas y
hablaban la lengua de los secretos, el euskera. Siendo niño, verá como también
la guerra perfora su pueblo con las bombas lanzadas por los pilotos alemanes.
Separados de sus padres, debe ponerse al
frente de sus hermanos y huir de la devastación. Los cuatro: Paulina, Matilde,
Lucas y Martín Abrisqueta Mendíbil saldrán de Arrigoriaga para llegar a Isuma a
casa de unos familiares, y desde allí a Santander con toda el hambre del mundo
y mezclados con los refugiados que llegan de toda España huyendo de los
rebeldes, huyendo de la guerra, allí tratarán de buscar a su madre enferma.
Los cuatro hermanos terminarán siendo
embarcados rumbo a una pequeña localidad de los Alpes franceses, ya como “niños
de la guerra”, una localidad, Tenay, de
apenas 2.500 habitantes que acogió en agosto de 1937 a 237 refugiados
españoles.
Es una novela escita con el corazón y
que llega al corazón; construida a partir de materiales sensibles, con mucha
ternura y mucha magia y con el lenguaje literario más adecuado. Una novela
conmovedora y mágica, porque conmovedora y mágica es la historia que narra. Una
novela sincera, honesta, vital y muy
bien escrita por un autor que se
enfrenta a su primera obra.
En la novela está presente la realidad: el bombardeo de
Guernica; el sitio de Bilbao; la historia de aquel aviador alemán que cuando
rescatan su cuerpo en la ría después de que haya sido derribado su avión
descubren que lleva ropas de mujer; los de la quinta columna en Santander
disparando desde las azoteas cuando sienten cercano el triunfo de los suyos; el
hambre; la huida y el traslado hacia
ninguna parte de niños y adultos...
La historia de la novela comienza en el
invierno de 1930 y finaliza en el otoño de 1938.
Es una historia concreta, pero es, también, la historia de muchos niños que tuvieron que
salir de España hacia países desconocidos y con unos padres que no supieron
hasta mucho después si sus hijos seguían con vida.
La
novela incluye unos capítulos que el autor califica de “bises” que se mezclan
con el argumento de la obra y no se pueden separar, que comienzan el 1 de enero
de 2011 y concluyen en el otoño de 2012.
De vez
en cuando, el autor interviene de forma directa en su propio relato, y explica
la razón de ser de lo que está contando.
Recomendé
la novela en su presentación y lo hago hoy también.
1 comentario:
Ése niño, bien hubiera podido ser mi madre o mi tío, que fueron separados de mi abuela en el 37-38, que partieron en un barco carbonero, rumbo a ni se sabe y desembarcaron en el norte de Francia.Triste realidad, que padecieron muchos niños de la época,de la que unos volvieron como mi madre, otros se quedaron y rehicieron sus vidas.
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