Después del atentado en el Liceo en 1893, Barcelona vive con tensión una situación de inseguridad, de tensiones sociales y políticas y de posibles ataques anarquistas. El barón Castellfullit, una de las personas más ricas y poderosas de la capital catalana, viaja a Madrid para informar de la situación y buscar apoyos para un golpe de estado que restablezca el orden.
Son muchas las personas que odian al barón Castellfullit: su esposa, su joven y bella amante Sofía, hija de un anarquista ejecutado, y hasta su propio hijo. Todos tienen motivos para verle muerto. Los enemigos del Barón se van multiplicando conforme avanza la novela. Durante un atentado en el castillo de Castelldefels de su propiedad morirán cuatro personas. Una quinta, inocente, será ajusticiada en medio de un gran revuelo social. El pintor Ramón Casas y Augusto Codina, periodista de La Vanguardia, se verán involucrados en esta historia que conmocionó la España de finales del XIX.
Dice el autor que “Las cinco muertes del barón airado” la empezó a escribir en 1991 como un relato. “Escribí la primera página de un tirón y entonces pensé en trasladar la acción a finales del siglo XIX porque como historiador estaba investigando un crimen verdadero que ocurrió en Castelldefels”. “Joaquín Figueras tuvo la ocurrencia de cargarse al cura del pueblo y a su sobrina, una joven extraordinariamente hermosa de la que estaba enamorado, les dio más de quince puñaladas a cada uno y algún que otro tiro. Con un agravante: eso ocurrió semanas antes del atentado del Liceo, donde el anarquista Santiago Salvador tiró una bomba Orsini y mató a veinte personas que estaban en la platea”.
La novela mezcla con acierto e imaginación hechos históricos reales con invenciones o modificaciones de fechas y personajes. Al autor le interesa más encajar las piezas de la ficción que ser fiel al momento histórico, aunque todo es coherente y está perfectamente documentado.
Como lector creo que he descubierto a un gran escritor y una buena novela.
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