El viernes 3 de junio estuve en el teatro en Santander viendo la puesta en escena de “El Alcalde de Zalamea” de Calderón de la Barca por la Compañía Nacional de Teatro Clásico. La dirección de la obra era de Eduardo Vasco.
“El Alcalde Zalamea” debió ser escrita hacia 1640 y se publica por 1ª vez en 1651.
El eje de la obra es la defensa del honor frente al abuso del poder y el triunfo de la justicia del débil frente al poderoso. Es una pieza básica del teatro clásico español.
El director resuelve la puesta en escena con sencillez pero con eficacia. Buena interpretación en general y muy buena la del protagonista Joaquín Notario, con unas muy buenas maneras de decir el verso.
La Compañía Nacional de Teatro Clásico ofrece ciertas garantías a la hora de representar lo que le corresponde como tal Compañía: el teatro clásico español.
“El Alcalde Zalamea” debió ser escrita hacia 1640 y se publica por 1ª vez en 1651.
El eje de la obra es la defensa del honor frente al abuso del poder y el triunfo de la justicia del débil frente al poderoso. Es una pieza básica del teatro clásico español.
El director resuelve la puesta en escena con sencillez pero con eficacia. Buena interpretación en general y muy buena la del protagonista Joaquín Notario, con unas muy buenas maneras de decir el verso.
La Compañía Nacional de Teatro Clásico ofrece ciertas garantías a la hora de representar lo que le corresponde como tal Compañía: el teatro clásico español.
5 comentarios:
Hola Jesús,
Ya me hubiera gustado poder ir a ver a la obra pero me pilla bastante lejos.
Hace muchos, muchos años que vi esta obra en Madrid.
un abrazo,
El teatro es una de mis debilidades, quizá porque en mi juventud fui farandulero.
La verdad, escéptico, para haber sido farandulero, eres poco teatrero!!!
Creo que deberían poner teatro clásico en la tele. Para todos los que, por diferentes motivos, no vamos al teatro.
Me ha hecho gracia el comentario de Adelaida. :-)
Aunque el teatro es para verlo en directo, tienes razón Elvira que no estaría mal pasar en TV alguna representación de teatro clásico.
Es verdad que fui algo farandulero de joven y no por ello debo seguir siendo teatrero toda mi vida.
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