Después de 11 años en antena, el pasado 29 de diciembre terminaba sus emisiones el Canal de 24 horas de noticias CNN+
El cierre de un medio de comunicación empobrece el panorama informativo y, de alguna forma, es un golpe a la libertad de expresión.
Como espectador habitual de CNN+ siento que he perdido un instrumento de información riguroso, innovador, independiente, equilibrado, de calidad, hecho por buenos profesionales. Era un espacio abierto que ayudaba a formar criterio y opinión propia sobre las realidades sociales, políticas, económicas o culturales de nuestro país y del mundo. Era un espacio con debates con protagonistas de prestigio y con entrevistas siempre interesantes, algo que no abunda en las televisiones al uso.
Frente a sectarismos rijosos o cutres, frente a un griterío destemplado o a voces vacías de contenido, un panorama que parece primar y extenderse por las televisiones, se agradecía lo que uno podía ver y oír en CNN+: las entrevistas de Antonio San José o de Iñaki Gabilondo, los debates de José María Calleja, las tertulias sobre economía, los esfuerzos de Ana García Siñeriz, las noticias de sus corresponsales, las intervenciones de Basterra, Ekaizer, Joaquín Estefanía…
La débil facturación publicitaria parece que hacía inviable mantener abierto este canal informativo durante más tiempo. El modelo de televisión vigente en España y la fusión de Telecinco y Cuatro, solo ha hecho que los problemas de CNN+ se agravaran, entre otras cosas, porque CNN+ y Cuatro compartían redacción y estructuras.
Hemos perdido un espacio de información que nadie ha ocupado y que será difícil que se llene en un futuro.
La respuesta de las empresas, de los profesionales y de los consumidores ha sido tan vaga que casi ha sido inexistente.
Si las empresas de televisión se empeñan en gestionar la decadencia intelectual, si los profesionales que ven cómo se pierden miles de empleos en el sector no reaccionan y si los consumidores se sienten satisfechos y ampliando las grandes cifras de audiencia de los programas más zafios, no nos deberíamos quejar, porque no es correcto oponerse a las corrientes marinas que todo lo arrasan.
Si algunos sentimos la ausencia de Canal+, quizá seamos tan pocos y tan insignificantes que es normal que nos acompañen los silencios.
El cierre de un medio de comunicación empobrece el panorama informativo y, de alguna forma, es un golpe a la libertad de expresión.
Como espectador habitual de CNN+ siento que he perdido un instrumento de información riguroso, innovador, independiente, equilibrado, de calidad, hecho por buenos profesionales. Era un espacio abierto que ayudaba a formar criterio y opinión propia sobre las realidades sociales, políticas, económicas o culturales de nuestro país y del mundo. Era un espacio con debates con protagonistas de prestigio y con entrevistas siempre interesantes, algo que no abunda en las televisiones al uso.
Frente a sectarismos rijosos o cutres, frente a un griterío destemplado o a voces vacías de contenido, un panorama que parece primar y extenderse por las televisiones, se agradecía lo que uno podía ver y oír en CNN+: las entrevistas de Antonio San José o de Iñaki Gabilondo, los debates de José María Calleja, las tertulias sobre economía, los esfuerzos de Ana García Siñeriz, las noticias de sus corresponsales, las intervenciones de Basterra, Ekaizer, Joaquín Estefanía…
La débil facturación publicitaria parece que hacía inviable mantener abierto este canal informativo durante más tiempo. El modelo de televisión vigente en España y la fusión de Telecinco y Cuatro, solo ha hecho que los problemas de CNN+ se agravaran, entre otras cosas, porque CNN+ y Cuatro compartían redacción y estructuras.
Hemos perdido un espacio de información que nadie ha ocupado y que será difícil que se llene en un futuro.
La respuesta de las empresas, de los profesionales y de los consumidores ha sido tan vaga que casi ha sido inexistente.
Si las empresas de televisión se empeñan en gestionar la decadencia intelectual, si los profesionales que ven cómo se pierden miles de empleos en el sector no reaccionan y si los consumidores se sienten satisfechos y ampliando las grandes cifras de audiencia de los programas más zafios, no nos deberíamos quejar, porque no es correcto oponerse a las corrientes marinas que todo lo arrasan.
Si algunos sentimos la ausencia de Canal+, quizá seamos tan pocos y tan insignificantes que es normal que nos acompañen los silencios.
4 comentarios:
Pues yo no lo veía, pero por lo que cuentas, es una pena que hayan dejado de hacerlo.
No lo veía con tanta asiduidad,como tú,pero si de vez en cuando los noticiarios,todavía sin darme cuenta pulso el canal y me sale para mi sorpresa GH. ¡¡Qué pena que lo hayan cambiado por tan precario programa!!
Estoy contigo, Jesús. Y encima tenemos que seguir aguantando la bazofia de programas del telecinco del estilo " SALVAME ".
un abrazo,
A mi no me molesta que en las televisiones haya todo tipo de programas. Lo que me molesta y me alarma es que se cierre un canal de noticias y debates de la solvencia que era CNN+
Publicar un comentario