GIOCONDA BELLI
“Dos cosas que yo no decidí, decidieron mi vida: el país donde nací y el sexo con el que vine al mundo” (Gioconda Belli)
Gioconda Belli con su obra “El infinito en la palma de la mano” ha ganado el Premio Biblioteca Breve en su 50ª edición.
En mis viajes a Nicaragua en la década de los noventa conocí a bastantes políticos y líderes sociales de aquel país: desde Daniel Ortega a Dña. Violeta Barrios de Chamorro, pasando por el Cardenal Obando, Sergio Ramírez, Bayardo Arce… pero no tuve la ocasión de conocer personalmente a Gioconda Belli que, como muchos jóvenes de su generación, (ella nació en 1948) se integraron en el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) al comenzar la década de los setenta para luchar contra la Dictadura de los Somoza.
Se incorporó al Frente Sandinista a través de Camilo Ortega, un hermano de Daniel y Humberto que murió en la guerra contra la Dictadura. Ella vivió el exilio en México y Costa Rica y con el triunfo Sandinista el 20 de julio de 1979, ocupó diferentes cargos de responsabilidad, entre ellos el de portavoz del Frente Sandinista.
Sintió el asesinato el 10 de enero de 1978 de Pedro Joaquín Chamorro, director de La Prensa y esposo de Dña. Violeta Barrios, que en 1990 ganó las elecciones al Frente Sandinista encabezando la coalición U.N.O. (Unión Nacional Opositora).
Gioconda Belli abandonó los cargos oficiales en 1986 para dedicarse a escribir su primera novela “La mujer habitada” que leí con entusiasmo cuando se publicó en España.
En 1994 abandonó el Frente Sandinista y con otros políticos, entre ellos Sergio Ramírez, se sumó a la aventura de poner en marcha el Movimiento de Renovación Sandinista.
En 2001 publicó “El país bajo mi piel. Memoria de amor y guerra”, testimonio de su vida y sus experiencias en el Frente Sandinista. Un testimonio casi íntimo escrito desde la pasión y la sinceridad.
Leí entonces esas memorias, que se unen a otros testimonios que también he leído relacionados con aquellos intensos años en la vida nicaragüense: “La montaña es algo más que una inmensa estepa verde” de Omar Cabezas, “La máscara del Zorro” un libro de conversaciones con el Comandante Francisco Rivera “El Zorro”, “Sueños del corazón” de Dña. Violeta Barrios de Chamorro y “Adiós muchachos” de Sergio Ramírez.
Mujer, madre, intelectual, activista política, persona lúcida y apasionada, escritora, Gioconda Belli es poeta importante de la que he leído los libros que de ella ha editado “Visor”: “El ojo de la mujer” con poemas de 1974 a 1983, “Apogeo” con poesía escrita entre 1987 y 1997 y “Mi íntima multitud”, V Premio Internacional de poesía Generación del 27, que incluye un famoso poema suyo”Carlos, ojalá las hormiguitas no te lo cuenten” dedicado a Carlos Fonseca, uno de los fundadores del Frente Sandinista y en el que la autora escribe sus sentimientos ante determinadas frustraciones de la revolución sandinista.
En 2005 publicó la última novela suya que he leído “El pergamino de la seducción” sobre la tragedia de Dña. Juana la Loca, que la sirve para recordar cuando siendo una adolescente estudió bachillerato en Madrid.
Nicaragua, la patria de Rubén Darío, cuya tumba visité en la Catedral de León, es un pequeño país del que se ha dicho es el que más poetas y pintores ha producido por metro cuadrado.
A otros también, pero fundamentalmente a Gioconda Belli y a Sergio Ramírez les debo haberme contagiado un permanente entusiasmo por Nicaragua y por los nicaragüenses, “los nicas”.
“Dos cosas que yo no decidí, decidieron mi vida: el país donde nací y el sexo con el que vine al mundo” (Gioconda Belli)
Gioconda Belli con su obra “El infinito en la palma de la mano” ha ganado el Premio Biblioteca Breve en su 50ª edición.
En mis viajes a Nicaragua en la década de los noventa conocí a bastantes políticos y líderes sociales de aquel país: desde Daniel Ortega a Dña. Violeta Barrios de Chamorro, pasando por el Cardenal Obando, Sergio Ramírez, Bayardo Arce… pero no tuve la ocasión de conocer personalmente a Gioconda Belli que, como muchos jóvenes de su generación, (ella nació en 1948) se integraron en el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) al comenzar la década de los setenta para luchar contra la Dictadura de los Somoza.
Se incorporó al Frente Sandinista a través de Camilo Ortega, un hermano de Daniel y Humberto que murió en la guerra contra la Dictadura. Ella vivió el exilio en México y Costa Rica y con el triunfo Sandinista el 20 de julio de 1979, ocupó diferentes cargos de responsabilidad, entre ellos el de portavoz del Frente Sandinista.
Sintió el asesinato el 10 de enero de 1978 de Pedro Joaquín Chamorro, director de La Prensa y esposo de Dña. Violeta Barrios, que en 1990 ganó las elecciones al Frente Sandinista encabezando la coalición U.N.O. (Unión Nacional Opositora).
Gioconda Belli abandonó los cargos oficiales en 1986 para dedicarse a escribir su primera novela “La mujer habitada” que leí con entusiasmo cuando se publicó en España.
En 1994 abandonó el Frente Sandinista y con otros políticos, entre ellos Sergio Ramírez, se sumó a la aventura de poner en marcha el Movimiento de Renovación Sandinista.
En 2001 publicó “El país bajo mi piel. Memoria de amor y guerra”, testimonio de su vida y sus experiencias en el Frente Sandinista. Un testimonio casi íntimo escrito desde la pasión y la sinceridad.
Leí entonces esas memorias, que se unen a otros testimonios que también he leído relacionados con aquellos intensos años en la vida nicaragüense: “La montaña es algo más que una inmensa estepa verde” de Omar Cabezas, “La máscara del Zorro” un libro de conversaciones con el Comandante Francisco Rivera “El Zorro”, “Sueños del corazón” de Dña. Violeta Barrios de Chamorro y “Adiós muchachos” de Sergio Ramírez.
Mujer, madre, intelectual, activista política, persona lúcida y apasionada, escritora, Gioconda Belli es poeta importante de la que he leído los libros que de ella ha editado “Visor”: “El ojo de la mujer” con poemas de 1974 a 1983, “Apogeo” con poesía escrita entre 1987 y 1997 y “Mi íntima multitud”, V Premio Internacional de poesía Generación del 27, que incluye un famoso poema suyo”Carlos, ojalá las hormiguitas no te lo cuenten” dedicado a Carlos Fonseca, uno de los fundadores del Frente Sandinista y en el que la autora escribe sus sentimientos ante determinadas frustraciones de la revolución sandinista.
En 2005 publicó la última novela suya que he leído “El pergamino de la seducción” sobre la tragedia de Dña. Juana la Loca, que la sirve para recordar cuando siendo una adolescente estudió bachillerato en Madrid.
Nicaragua, la patria de Rubén Darío, cuya tumba visité en la Catedral de León, es un pequeño país del que se ha dicho es el que más poetas y pintores ha producido por metro cuadrado.
A otros también, pero fundamentalmente a Gioconda Belli y a Sergio Ramírez les debo haberme contagiado un permanente entusiasmo por Nicaragua y por los nicaragüenses, “los nicas”.
13 comentarios:
Qué bueno encontrarse a Gioconda por aquí... Una mujer de los pies a la cabeza. Recuerdo especialmente los temores expuestos en La Mujer Habitada y la valentía de El Ojo de la Mujer.
Un beso.
Ana
Me alegra infinito que encuentres positivo encontrarte por aquí con Gioconda Belli.
Un beso
Jesús que oprtuno eres al hablar de esta mujer. El jueves esta en Caja Cantabria (creo que era el jueves.....)
un beso
No conocía a Gioconda Belli, aunque es cierto que su nombre me sonaba mucho. Gracias por nombrarla como importante. En su biografía dice que consiguió fusionar con sus poemas lo erótico con lo político.
Ay, pillín, pillín, ahora entiendo porqué te metiste en política!
...Os enrollasteis alguna vez?
(Me parece que está buenísima!)
;D
Ruth: son casualidades
Sotogrande: en sus poemas hay erotismo, política y muchas otras cosas.
No la conocí personalmente. Tiene cuatro hijos y su actual matrimonio es el tercero (se casó muy joven por primera vez). Es una mujer muy atractiva, como otras muchas mujeres de Nicaragua.
No te sienta bien que seas vulgar en tus comentarios.
Aleluya! Por fin un atisbo de mala leche!! Empezaba a pensar que no te corría sangre por las venas!
Debo decir que la vulgaridad es una de mis mejores virtudes!!
Desde luego podría haber utilizado otras palabras para describirla, y la insinuació sobre lo mucho que se liga (es vulgar decir ligar?) en y con la política no es mía, la erótica del poder siempre ha existido y simplemente he imaginado la época en que Gioconda fué joven, he recordado cuan machistas eran en esa época los sudamericanos y lo he arrejuntado con las ansias de libertad sexual que recorrieron el planeta, y sobretodo Estados Unidos en esa época. Todo eso me da una muy buena razón para dedicarme a la política en esa época y más en un partido de izquierdas y tropical.
Todo eso, además, me cuadra con su sensibilidad, producto de una muy buena educación, en una família acomodada, y también me cuadra con su desasosiego pasados los años..., más o menos como nos sucede a todos. Debió ser una mujer que tuvo muchos amantes, y se expresó como quiso, y te vuelvo a agradecer que me hayas recordado el nombre de una escritroa de la que me acordaba de joven pero a la que jamás leí y no será porque no me gustasen los escritores sudamericanos puesto que todos mis amigos saben de mi debilidad por Carpentier.
Además desde que apareció tu post he aprovechado para leer algo de esta mujer cañón. En el próximo post te lo pego, lo leí ayer y me gustó mucho. Y servirá de resumen.
Saludos.
Por cierto, creí que preguntar si habías conocido o no, en el sentido bíblico, a la Belli, era sobretodo un piropo a tu persona. Y no tenía ningún interés en que me lo confirmaras o no. De hecho mis incordiantes comentarios tienen la finalidad de hacer saltar esos resortes que las buenas formas nos atrofian y pensé que quizás las chicas se rebotaban y nos podíamos reír un poco.
Todo muy vulgar, es cierto.
NO ME ARREPIENTO DE NADA
Desde la mujer que soy,
a veces me da por contemplar
aquellas que pude haber sido;
las mujeres primorosas,
hacendosas, buenas esposas,
dechado de virtudes,
que deseara mi madre.
No sé por qué
la vida entera he pasado
rebelándome contra ellas.
Odio sus amenazas en mi cuerpo.
La culpa que sus vidas impecables,
por extraño maleficio,
me inspiran.
Reniego de sus buenos oficios;
de los llantos a escondidas del esposo,
del pudor de su desnudez
bajo la planchada y almidonada ropa interior.
Estas mujeres, sin embargo,
me miran desde el interior de los espejos,
levantan su dedo acusador
y, a veces, cedo a sus miradas de reproche
y quiero ganarme la aceptación universal,
ser la "niña buena", la "mujer decente"
la Gioconda irreprochable.
Sacarme diez en conducta
con el partido, el estado, las amistades,
mi familia, mis hijos y todos los demás seres
que abundantes pueblan este mundo nuestro.
En esta contradicción inevitable
entre lo que debió haber sido y lo que es,
he librado numerosas batallas mortales,
batallas a mordiscos de ellas contra mí
-ellas habitando en mí queriendo ser yo misma-
transgrediendo maternos mandamientos,
desgarro adolorida y a trompicones
a las mujeres internas
que, desde la infancia, me retuercen los ojos
porque no quepo en el molde perfecto de sus sueños,
porque me atrevo a ser esta loca, falible, tierna y vulnerable,
que se enamora como alma en pena
de causas justas, hombres hermosos,
y palabras juguetonas.
Porque, de adulta, me atreví a vivir la niñez vedada,
e hice el amor sobre escritorios
-en horas de oficina-
y rompí lazos inviolables
y me atreví a gozar
el cuerpo sano y sinuoso
con que los genes de todos mis ancestros
me dotaron.
No culpo a nadie. Más bien les agradezco los dones.
No me arrepiento de nada, como dijo la Edith Piaf.
Pero en los pozos oscuros en que me hundo,
cuando, en las mañanas, no más abrir los ojos,
siento las lágrimas pujando;
veo a esas otras mujeres esperando en el vestíbulo,
blandiendo condenas contra mi felicidad.
Impertérritas niñas buenas me circundan
y danzan sus canciones infantiles contra mí
contra esta mujer
hecha y derecha,
plena.
Esta mujer de pechos en pecho
y caderas anchas
que, por mi madre y contra ella,
me gusta ser.
Gioconda Belli
SENCILLOS DESEOS
Hoy quisiera tus dedos escribiéndome historias en el pelo y quisiera besos en la espalda
acurrucos
que me dijeras las más grandes verdades
o las más grandes mentiras
que me dijeras por ejemplo
que soy la mujer más linda del mundo
que me querés mucho
cosas así
tan sencillas
tan repetidas,
que me delinearas el rostro
y me quedaras viendo a los ojos
como si tu vida entera dependiera de que los mios sonrieran
alborotando todas las gaviotas en la espuma.
Cosas quiero como que andes mi cuerpo
camino arbolado y oloroso,
que seas la primera lluvia del invierno dejándote caer despacio
y luego en aguacero.
Cosas quiero como una gran ola de ternuera
deshaciéndome
un ruido de caracol
un cardumen de peces en la boca
algo de eso
frágil y desnudo
como una flor a punto de entregarse a la primera luz de la mañana
o simplemente una semilla, un árbol
un poco de hierba
una caricia que me haga olvidar
el paso del tiempo
la guerra
los peligros de la muerte.
GIOCONDA BELLI.
NOTA PARA ESCÉPTICO, SIN RELACIÓN CON ESTE POST:
Jesús, no he dicho adiós definitivamente...No puedo dedicarme al blog, pero vuelvo después de Semana Santa. El relato a varias manos puede continuar. De hecho, a ratos sueltos estaba intentando darle forma a partir de vuestras aportaciones. Puedes seguir colaborando; es más, aprecio infinitamente tus aportaciones para enriquecer esta aventurilla divertida.
Un abrazo.
MJC.
A MJC:
Tu blog es buenísimo! (Sin desmerecer a éste, claro está)
Bueno, veo que no hay movimiento, debeis estar todos de resaca de la fiesta. Felicidades, habéis vencido a la crispación. Bueno, debería decir hemos vencido.
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