sábado, 5 de enero de 2008



LA NEW ORLENAS JAZZ BAND Y WOODY ALLEN

"No soy un verdadero músico de jazz, solo un aficionado insistente", afirma Woody Allen. Pero cuando se le ve en directo, su fuerza, entrega y profesionalidad ponen en cuestión su propia afirmación.

Con el concierto en Santander terminaban las actuaciones de la New Orleans Jazz Band en España (Barcelona, A Coruña y San Sebastián), que forman parte de una gira europea que les llevará a Bruselas, Luxemburgo, París, Budapest, Lisboa y Atenas.

El director de "Manhattan", y siempre que se lo permiten su trabajo y compromisos, desde 1971 tocaba todos los lunes en el Michael`s Pub en la Calle 55 de Nueva York y desde 1997 lo hace en el café del Hotel Carlyle.

Con la Sala Argenta del Teatro de Festivales sin huecos (50 euros la butaca de la zona B), Woody Allen con su clarinete estuvo acompañado por el pianista Conal Fowkes, el contrabajo Gregory Cohen, el batería John Gill, el trompetista Simon Wettenhall y por Jerry Zigmont al trombón. Dirigiendo la banda el orondo Eddy Davis con su banjo, que ha acompañado a Woddy Allen en muchas veladas y conciertos desde los años 60. Una buena y veterana banda cuajada en muchos conciertos compartidos.

La banda se centra en la interpretación del jazz más clásico y tradicional, una banda de músicos blancos que se acerca con el mayor respeto al sonido negro del jazz de Nueva Orleans.

La mayoría del público estábamos de antemano a favor y disfrutamos con el concierto que nos ofrecieron. Woody Allen fue uno más de la banda. Después de la primera pieza se deshizo del jersey y durante el concierto mantuvo su permanente rítmico movimiento del pie izquierdo. El era quien marcaba en muchas ocasiones la entrada de la pieza a interpretar.

Importaba escuchar un concierto de jazz, que fue interpretado de forma correcta incluidos los solos de Woody Allen y de otros integrantes de la banda, pero sobre todo importaba tener la oportunidad de ver y escuchar al actor - director - músico lo más cerca posible, sin que existieran más concesiones que las protocolarias por quien era el protagonista de la velada: un saludo al comienzo del concierto y la presentación de los músicos poco antes de la despedida.

El aire ragtime, el dixieland, el blues, las marchas callejeras y algunas piezas cantadas por miembros de la banda, incluida una conga interpretada por el pianista, integraron una sesión pensada para que el público disfrutaramos. Woody Allen y su New Orleans Jazz Band cumplieron con el objetivo como buenos profesionales. Era todo lo que se esperaba, o al menos, era todo lo que yo esperaba.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias por contarnos la experiencia; me hubiera gustado ir, sobre todo por ver al personaje, pero no anduve listo con las entradas. Saludos.

Darío dijo...

Acabo de descubrir su blog, que estoy disfrutando mucho. Recuerdo haber leído esta crítica antes y entonces, como ahora, estoy totalmente de acuerdo.

Seguiré visitándole.

Un saludo,
Darío
http://lahistoriadedonquijote.blogspot.com