jueves, 8 de enero de 2015
miércoles, 7 de enero de 2015
GILLIAN ANDERSON, actriz estadounidense nacida en 1968 y conocida, sobre todo, por haber sido la protagonista de la serie de TV y de las películas de Expediente X. Es la protagonista de la serie británica de TV “The Fall” (“La caza”), del género policiaco que seguí con interés y también de la serie “Crisis”, que tengo grabada y que veré cuando me sea posible. Me parecen dos buenas series y ella es una actriz que me gusta.
domingo, 4 de enero de 2015
De JOSÉ SANCLEMENTE, había leído su novela “Tienes que contarlo” y me pareció una buena novela. Ahora he terminado “NO ES LO QUE PARECE”.
En el marco de una crisis económica con recortes en los servicios básicos y con protestas en la calle del personal sanitario, de los funcionarios de justicia, educación y otros colectivos, la periodista Leire Castelló y el inspector Julián Ortega, de la brigada de investigación criminal de Barcelona, los mismos personajes de su novela anterior, vuelven a unir sus esfuerzos por descubrir no solo al asesino, sino el complicado entramado que las muertes intentan tapar. Un prestigioso psiquiatra ha sido asesinado mientras pasaba consulta a un importante banquero con un buen catálogo de delitos económicos: tráfico de influencias, blanqueo de capitales y corrupciones diversas. No será el único homicidio que deban investigar.
La desaparición del banquero tras el crimen le apunta como principal responsable, algo que corrobora la policía científica. Pero no todo es como puede parecer. Será la periodista Leire Castelló quien descubre el cadáver del banquero. Todo apunta a un suicidio. A través de un periodista colaborador de Leire en un programa de radio, se hacen con una copia de la agenda privada del banquero muerto. Un agenda con nombres, cuentas y datos que pueden comprometer a destacados cargos políticos, empresarios e incluso jueces. Los datos requieren de la ayuda del inspector Ortega para ser interpretados. Una información que se demostrará crucial en la compleja investigación policial. El inspector y la periodística se enfrentan con sus jefes respectivos, interesados en cerrar el caso para irse de vacaciones. Pero ambos buscan la verdad aunque sea incómoda.
¿Y si resultara que nada de lo que sucede durante la investigación fuera cómo aparenta ser? ¿Y si la corrupción política y económica se considerara necesaria para mantener el sistema y preservarlo? ¿Y si un gran premio literario obedeciera a intereses ocultos? ¿Y si un gabinete de prensa se utilizara para modificar la realidad? ¿Quiénes son las sombras que manejan desde la oscuridad los medios de comunicación? Son algunas de las preguntas que van surgiendo con la lectura de la novela.
Un libro bien escrito y que se lee con interés, con las tramas personales y las de investigación bien desarrolladas, con nuevos personajes creíbles y atractivos.
En el marco de una crisis económica con recortes en los servicios básicos y con protestas en la calle del personal sanitario, de los funcionarios de justicia, educación y otros colectivos, la periodista Leire Castelló y el inspector Julián Ortega, de la brigada de investigación criminal de Barcelona, los mismos personajes de su novela anterior, vuelven a unir sus esfuerzos por descubrir no solo al asesino, sino el complicado entramado que las muertes intentan tapar. Un prestigioso psiquiatra ha sido asesinado mientras pasaba consulta a un importante banquero con un buen catálogo de delitos económicos: tráfico de influencias, blanqueo de capitales y corrupciones diversas. No será el único homicidio que deban investigar.
La desaparición del banquero tras el crimen le apunta como principal responsable, algo que corrobora la policía científica. Pero no todo es como puede parecer. Será la periodista Leire Castelló quien descubre el cadáver del banquero. Todo apunta a un suicidio. A través de un periodista colaborador de Leire en un programa de radio, se hacen con una copia de la agenda privada del banquero muerto. Un agenda con nombres, cuentas y datos que pueden comprometer a destacados cargos políticos, empresarios e incluso jueces. Los datos requieren de la ayuda del inspector Ortega para ser interpretados. Una información que se demostrará crucial en la compleja investigación policial. El inspector y la periodística se enfrentan con sus jefes respectivos, interesados en cerrar el caso para irse de vacaciones. Pero ambos buscan la verdad aunque sea incómoda.
¿Y si resultara que nada de lo que sucede durante la investigación fuera cómo aparenta ser? ¿Y si la corrupción política y económica se considerara necesaria para mantener el sistema y preservarlo? ¿Y si un gran premio literario obedeciera a intereses ocultos? ¿Y si un gabinete de prensa se utilizara para modificar la realidad? ¿Quiénes son las sombras que manejan desde la oscuridad los medios de comunicación? Son algunas de las preguntas que van surgiendo con la lectura de la novela.
Un libro bien escrito y que se lee con interés, con las tramas personales y las de investigación bien desarrolladas, con nuevos personajes creíbles y atractivos.
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