miércoles, 5 de noviembre de 2025


 Notas después de leer “EL ÚLTIMO GUDARI” novela de JOSE MARIA NACARINO

Estamos en 2005, una época convulsa con una ETA que se resiste a desaparecer; pero se va acercando a su fin por la presión policial, por la cooperación de Francia y porque la propia organización está en crisis.

A partir de la documentación y el material incautado a un comando en el que está Lierni, los agentes Alkorta y Reyes se lanzan a la caza de Arrano un escurridizo jefe etarra. No cuentan con mucho tiempo, ya que un atentado es inminente y la banda tiene en el punto de mira a Xabi, un concejal de un municipio de Guipúzcoa que es consciente de que cualquier paso en falso puede significar su muerte. Al mismo tiempo la abogada abertzale Jone Larrucea intenta desenredar la madeja tejida por su entorno y arrancar una tregua a la cúpula etarra, pero su hijo Pipe tiene otros planes. Forma parte de los borrokas que se han adueñado de la calle y está dispuesto a entregar su vida a la causa.

El personaje de Lierni da pie al autor para contar la vida de los etarras en las cárceles, alejados de los presos comunes, pero por indicación de la organización no hacen cursos ni actividades. La presión en la cárcel para ellos sigue siendo tan fuerte como lo era fuera.

Conoceremos a los terroristas y su entorno, los que tienen delitos de sangre, los que extorsionan a los empresarios, los que hacen de recaudadores de la banda, los que deciden desde cómodos despachos, los huidos, la cantera, la violencia callejera, la gente que les apoya por convicción o por miedo y no hace nada…

Junto a los personajes implicados de una manera u otra con ETA, también se vive la situación de familiares como Felisa, madre de Lierni que acude mensualmente a visitarla en un autobús fletado por la organización, o de Elena y Unai, esposa e hijo de Xabi. 

En la novela subyace la necesidad de reconciliación, pero también de memoria; de no olvidar lo sucedido. Se mezclan bien los temas políticos y los elementos vinculados a la novela, al thriller del argumento.

Al leer la novela es fácil recordar aquel miedo diario, cuando se aprendía a convivir con él, acostumbrarse a los escoltas, a revisar los bajos del coche, a no repetir los itinerarios para ir al trabajo, a no perder de vista la entrada al entrar en un local…

La lectura de la novela se hace fácil. La prosa es sencilla y está bien ambientada la época en la que se desarrolla el argumento.

La historia es ficción, estamos ante una novela, pero lo que se cuenta en ella sucedió, sino tal y como se cuenta, al menos de una forma similar, porque en la novela vemos la cultura del miedo y del silencio, los momentos en que las víctimas son silenciadas y los victimarios aplaudidos.